jueves, 8 de septiembre de 2011

Pasadizos 2.

Mi amigo Belmonte suele decir sin sorna que en lo evidente pueden encontrarse emboscadas grandes verdades. Él es amigo de subrayar evidencias, lo que a veces le hace parecer un poco corto de luces. Anteayer mismo le oí decir:
–Han hecho tan silenciosos los motores de los coches que ahora lo que suenan son las ruedas.
Son pensamientos muy sugerentes que, de no oírselos a él, pasarían desapercibidos.
Ésa frase de anteayer a mí me llevó al lado de otro amigo, el doctor Acevedo, compañero de partidas de ajedrez, quien, entre toses y carraspeos, solía decirme:
–Si algún día dejó de fumar, me oiré los pasos.
El no sabía que, oído desde fuera, tenía un caminar muy sigiloso.

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