domingo, 1 de noviembre de 2015

Va a llover.

(20151031). Esa cosa minúscula que se confundiría con una piedra si no la viesemos moverse es un sapo macho. La fotografía es del viernes, día 30. La hice en el camino del Cerro del Espartal, a la altura de Escoboso. En el mismo tramo de camino vi otros quince sapos braceando en la tiniebla con gran empeño.
La pasada semana ha habido otros avistamientos de características parecidas. He oído a una mujer contar que, yendo de paseo, sufrió un ataque de asco al ver bastantes sapos aplastados, pisados por los coches, en el camino del Zauce, en la bajada hacia el arroyo. Y en el camino del Pobo, M.P.P. vio otra desbandada.
Los sapos barruntan la lluvia. Me gustaría tener un sapo amaestrado que me enseñase a distinguir las borrascas vanas de las que traen agua. También les convendría a los meteorólogos que, en lo que respecta a este pedazo de tierra, llevan todo el otoño pronosticando con el pié cambiado. Hasta ahora todas las veces que he visto un sapo al anochecer en un camino, días despues, siempre ha llovido. Bien es cierto que nunca he visto una migración tan numerosa. Si esto significa que la lluvia será proporcional al número, o que huyen en desbandada por que lo que barruntan es la escasez, lo iremos viendo.