viernes, 18 de julio de 2014

"La rentrée".

“Ni yo tengo ninguna razón para escribir(te), ni tu para leer(me)”.
He encontrado esta frase entre mis papeles y ahora no sé de dónde la he sacado. Por las trazas debe de proceder de alguna carta de amor encontrada en alguna biografía de las recientemente leídas. Y, por lo que trasluce la frase, da la impresión de que a esos enamorados no les iban muy bien las cosas. Se puede entender incluso que han llegado a un callejón sin salida, a un punto de no retorno.
Sin embargo yo no la tengo anotada por ningún interés sentimental, sino porque la frase define perfectamente el punto de partida, el convencimiento al que he de llegar para poder aventurarme a escribir alguna cosa. Saber que en la estación a la que arribo no hay nadie esperando, y que mi viaje carece por completo de objetivo.