lunes, 15 de agosto de 2011

Pasadizos.

Viene el pájaro a posarse a la reja de la ventana y cuando recoge las alas hace el mismo sonido que cuando se pliega un abanico.
Pájaros vienen pocos aquí, sin embargo los abanicos proliferan en manos de mis contemporáneas con sus fuegos del cambio de edad alumbrándoles la cara.
Da igual de donde venga ese ruido delicado. Construida una metáfora de este estilo, puente entre realidades, uno elige si lo que escucha es dama o pájaro.
Aclararé para las damas, siempre tan suceptibles, que el pájaro era un humilde gorriato.

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