viernes, 12 de agosto de 2011

Condimentos.

Ella aportó a la merienda unos suculentos y humildes boquerones en vinagre. En correspondencia a ella le dieron "foie de garbanzos", un puré harinoso con tres o cuatro especias.
Si, amigos, el mundo ha sido colonizado por estrategias verbales de un rango tan pueril que dan ganas de lobotomizarse la región del habla.
Y, para que la impostura alcanzase un efecto totalmente descorazonador, le explicaron la prosapia de la receta. Se la habían dado unos amigos y era, por lo visto, un plato muy "popular" en Marruecos. Sólo que allí no lo habían aprendido los amigos, sino en los campos de refugiados de los saharauis.
Que marroquíes y saharauis coman puré de garbanzos, de acuerdo, pero ¡"foie de garbanzos"!… Eso no puede estar sino en la dieta un tanto desequilibrada del que tiene ya su ego ahíto de tanto merendar planes quinquenales de potajes solidarios.
Pero no nos desviemos de lo importante.
–Con un plato así –le dije– no habrás podido competir.
–¿No? –dice ella– . Mis boquerones se acabaron pronto y el "foie" allí se quedó.
Los grandes cocineros lo repiten a menudo, cuando se cocina con productos frescos no es necesario tanto condimento.

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