viernes, 18 de noviembre de 2011

Lloviendo.

Esta fotografía es del día 3 de Noviembre, el primer chubasco de verdad que ha caído desde que dejó de llover en la primavera. Lo anterior habían sido fanfurriñas y breves amagos. Ver llover es una actividad que regocija mucho, aunque aquí casi nunca llueve con la suficiente intensidad  para que la lluvia se vea. La mayor parte de las veces hay que conformarse con oírla, o buscarla al trasluz o contra un fondo oscuro. Tanto más difícil es poder fotografiarla, por eso hay tanta lluvia de Photoshop. La que sale en la foto de la cabecera es lluvia de verdad. Le hice otras muchas fotografías a ese primer chubasco, algunas en el campo donde la lluvia es todavía más esquiva para el objetivo de la cámara. En las calles, sin embargo, todo se llena de brillos y reflejos y, con un poco de suerte, alguien que pasa metido debajo de un paraguas. También en la forma de llevar el paraguas puede verse si llueve o no. Cuando llueve de verdad, como en el caso de nuestra fotografía, el paraguas pierde toda condición de elemento decorativo y se convierte en un refugio. Eso es lo que más me gusta de esa imagen, la postura del hombre, cómo aplasta el paraguas contra su cabeza y la pasividad con que recibe la lluvia, algo parecido a lo que hacen los pájaros, quedarse quietos y ahucar las plumas, aunque su contorno recuerde más al de una seta.

2 comentarios:

  1. toc, toc! ¿hay alguien ahí?
    Por lo visto desde el 18 no llueve y tienes mejores cosas que hacer y nada que decirnos.... yo tambien adoro la lluvia pero ... ¿no tienes un momentito?

    ResponderEliminar
  2. Gracias por llamar.
    No estaba dormido, sólo disgregado. Cuesta reunir unos cuantos átomos y que éstos quieran hacernos caso.

    ResponderEliminar