domingo, 2 de octubre de 2011

Alicatados y pavimentaciones.

Desde que leímos en un libro que la constancia, contrariamente a lo que con tanta asiduidad se ha predicado de ella, era un síntoma de inteligencia y no una herramienta que ayudaba a sobrevivir a los torpes, R ha dado en alcanzar las más altas cotas de desarrollo intelectual comprándose una hormigonera, el artilugio creado por el hombre que, sin ningún género de dudas, más certeramente representa cómo se piensa y mejor simboliza la inteligencia. Perseverancia pura.
El pasado de R no es tranquilizador. Después de acometer sucesivas obras en su casa ya no podía efectuar ninguna más si no empezaba a destruir lo construido. Una auténtica ratonera para quien ha mostrado tener tanta predisposición al cemento fresco.
Hasta que la hemos visto dar este último paso de la hormigonera, hemos estado engañados respecto a la causa por la que había comprado su huerto. No era lograr, como creíamos, hacer crecer sus plantas tan aprisa hasta parecer que lo que ansiaban era abandonar cuanto antes este mundo. ( En frase mía, y que constantemente le repito: "sus plantas más que crecer, se suicidan"). No. Lo que tenía planeado era poseer un lugar en el que seguir haciendo obras. Alicatados, pavimentos, empedrados, arriates, corralejas.
Ahora mismo. ¡Ya! Va a comenzar la piscina. Que ella quiere llamar alberca por no perder el toque de rústica distinción. Nada de eso. Será un "hiperyacusi" con música subacuática y mamparas abatibles.
Se hace extraño que en un huerto no haya pájaros. En el suyo, o se han ido, o permanecen callados y a la expectativa. También extraña esa clase de erosión que hay allí dentro, la misma que se ve en un aprisco pero sin estiércol.
Da la impresión que aquel pedazo de tierra está empezando a estar harto de tanto fregoteo. Por otro lado están los topos, aflojando los cimientos. ¡La hormigonera va a ser ya el acabose! Hay constancia de huertos que han huido de sus dueños. ¡Y lo peor es que no se sabe adónde !

No hay comentarios:

Publicar un comentario