jueves, 22 de agosto de 2013

Los reclusos.

                                Contando las campanadas se acaba oyendo la hora. (Frase oída a J. A. Belmonte, perteneciente al rango de las "obviedades significativas").      
                         
 –¡Qué felices somos! ¡Cuánto nos queremos!
Se decían el uno al otro, a cada instante, mirándose a los ojos. Sólo para asegurarse de que ninguno de los dos se había soltado del cepo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario