11:31 ante merídiem.
Pregunto por teléfono:
–¿Estás todavía acostada?
Contesta:
–Nooo –un no muy largo. –No estoy acostada, estoy tumbada.
Donde se reconoce a un verdadero especialista es en la asombrosa exactitud, la precisión puntillosa, casi exasperante, que utilizan en la elección de los términos que conciernen directamente a su disciplina.
Aun a sabiendas de que concertar estas nomenclaturas es sólo para espíritus superiores, me he aventurado:
–¿Eso qué es, estar acostada boca arriba?
–No. –Ha dicho ella riéndose.
Y con la modestia de quien se sabe poseedora de un dominio
completo de la materia, ha aclarado:
–Eso es estar acostada despierta.
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