(20160107) Ponerse el gorro. Taparse las orejas. Abotonar el abrigo. Subirse el cuello. Eso que hicieron con nosotros de niños tantas veces antes de salir a la calle. Arroparse antes de abrir la puerta y sentir, cada vez, que nos corre por las entrañas aquel cosquilleo infantil, como si fuesen aquellas manos siempre tibias las que siguen defendiéndonos de la intemperie.
martes, 7 de marzo de 2017
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